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Servimos a Dios sirviendo a la Comunidad

Inicios

NUESTROS INICIOS

En 1992, a raíz de la celebración de un Congreso de Pastores en Santo Domingo  que se llamó CONPAS 92, algunas iglesias adoptaron el modelo de grupos celulares en su estrategia de crecimiento. Como parte de ese movimiento, en el 1993 la Iglesia Metodista Libre del ensanche Ozama y su pastor de entonces Pedro Escaño Almánzar, enviaron al joven Elbin Castillo a dirigir una pequeña célula en Los Molinos, Villa Duarte, compuesta por tres ancianas: Altagracia Bidó (Tata), Leonor Peña (ambas ya con el Señor) y Agustina Peña.  Todos los martes a las 5:00 P.M. se reunían a orar en el apartamento de la hermana Tata.  

 

En 1995 Wendy Santana, entonces novia de Elbin, se unió al pequeño grupo, y tras algunos años, se trasladaron a casa de la recién convertida hermana Zeneida Martínez, donde el número comenzó a crecer, ya que para entonces también compartían la Palabra de Dios. Se mantuvieron reuniendo ininterrumpidamente durante un tiempo que ahora, en retrospectiva, es entendido como el de preparación y abono de la tierra previo a la siembra.  

 

En el año 2000, observando el potencial de crecimiento del grupo y el confirmado llamado al ministerio del pastor Elbin, luego de un período de oración y discernimiento de la voluntad de Dios, la iglesia de Ozama y el pastor Escaño apoyaron convertir esa célula en una iglesia que comenzara a desarrollarse en forma independiente.  Varios hermanos de Ozama se unieron espontáneamente a Elbin y Wendy (ya casados y con su pequeña Nicole) en este proyecto, entre ellos, Moisés Almonte y Rossy Grullón (con su pequeña Carla); Amaury Abreu y Magdalena Leonardo (con sus pequeños Amaury y Anaury); Jorge Mendoza e Isis Rodríguez (con la pequeña Jamisis); Dinorah Polanco, Oliva Ubrí, Bolívar Otaño, Esther Castillo -Nanín-, Deisy Tavares, Juan Aquino y su esposa Martha (éstos tres últimos ya en la presencia del Señor).  

 

Su primer local fue un segundo piso en la avenida España donde sólo se reunían los domingos en la tarde y en la mañana seguían asistiendo a su iglesia-madre de Ozama. Cuando el grupo alcanzó unos 40 asistentes regulares, comenzaron a celebrar cultos los domingos en la mañana.

 

Posteriormente, por necesidad práctica, alquilaron una casa cercana, lugar que luego adquirieron, donde todavía funciona la iglesia. Al terminar la reunión de oración la noche del miércoles 12 de junio del 2002, todos los asistentes en forma unánime decidieron desvincularse en paz del concilio Metodista Libre con el propósito de desarrollar con mayor libertad la visión y misión recibidas del Señor.

 

El pastor Elbin constituyó la primera Junta de Gobierno compuesta por su esposa Wendy; Raúl Fermín y su esposa Doris Pérez;  Amaury Abreu y Magdalena Leonardo, Moisés Almonte y Deisy Tavares. Desde su primera reunión, la Junta perfiló convertir la iglesia naciente en una comunidad de fe enfocada en la misión integral, es decir, que diera respuesta a las necesidades del ser humano en el orden espiritual (prioritariamente), pero también en lo material y emocional: ser una comunidad restauradora.  Luego de un tiempo de oración y ponderación, la Junta designó la nueva iglesia con el nombre de Comunidad Cristiana de Restauración. 

Misión
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MISIÓN

Proclamar el evangelio de nuestro Señor Jesucristo y servir a las personas de manera integral procurando su restauración espiritual, física, cognitiva y emocional.

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VISIÓN

Integrar una familia

de creyentes que

honre a Dios sobre todas las cosas, equiparlos para toda buena obra de manera que vivan para

Su gloria.

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VALORES

 Integridad
 Compasión
 Servicio
 Justicia Social
 Centralidad en la Biblia

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NUESTRO MAYOR GOZO

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1. Que el nombre de Jesucristo sea exaltado y glorificado en todo lo que somos, hacemos, decimos  y tenemos.

 

2. Ayudar a las personas a ser restauradas y reactivadas en la comunidad o sociedad como servidores productivos; especialmente entre aquellos que habían sido rechazados y desatendidos por la comunidad en general y etiquetados como fracasos, casos sin esperanza, etc.

 

3. Participar y liderar juntos una comunidad de fe unida para el Reino y Cristo, comprometida a trabajar juntos para la restauración de todas las cosas en nuestro contexto y más allá.

4. Ver individuos y familias transformados, viviendo con nuevas perspectivas sobre la vida y la esperanza de las posibilidades del Reino. Conocer la vida de frente con fe y optimismo saludable.

 

5. Ver caras sonrientes, escuchar expresiones de esperanza y vivir ejemplos de ser uno de aquellos en nuestra comunidad que vivieron previamente en las sombras de la duda, la frustración y la desesperación.

6. Crear un ambiente en la comunidad de la iglesia donde no haya discriminación o acepción de personas. Donde el profesional y el analfabeto son iguales, donde las personas no se identifican por sus títulos o posición social, intelecto o refinamiento cultural, sino por su lugar inmerecido en la mesa como miembros de la familia de Dios, creados a su imagen y semejanza.

 

7. Ayudar a la iglesia a crecer en su vivir del amor de Dios en acciones, y no solo en palabras como estábamos acostumbrados a hacer.

Gozo
Credo

NUESTRO CREDO

 SOBRE DIOS  

 

 
 I. La Trinidad 

Creemos que hay un solo Dios, vivo y verdadero, creador y conservador de todas las cosas.  Y en la unidad de esta divinidad hay tres personas: El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Estas tres personas son una sola en eternidad, deidad y propósito, de infinito poder, sabiduría y bondad.

II. El Padre

Creemos que Dios es el creador de todo lo que existe tanto visible como invisible. El hizo al hombre conforme a su imagen. Se relaciona con el hombre como Padre. Es el que busca a todos los pecadores y recibe a los pecadores penitentes.

III. El Hijo

Creemos que Jesucristo fue levantado victorioso de entre los muertos. Su cuerpo resucitado se hizo más glorioso sin el obstáculo de las ordinarias limitaciones humanas. Así ascendió a los cielos. Allá está sentado como nuestro Señor ensalzado a la diestra de Dios donde intercede por nosotros hasta que todos sus enemigos sean puestos bajo completa sujeción. El volverá a juzgar a todos los hombres. Toda rodilla se doblará y toda lengua confesará que Jesucristo es el Señor, para la gloria de Dios el Padre.

 
IV. El Espíritu Santo 

Creemos que el Espíritu Santo es la tercera persona de la Trinidad. Es uno con el Padre y el Hijo, igual en divinidad, majestad y poder. El es Dios actuando en la creación, la vida y la iglesia. La encarnación y ministerio de Jesucristo fueron consumados por el Espíritu Santo. Él continúa revelando, interpretando y glorificando al Hijo. El Espíritu Santo es el administrador de la salvación planeada por el Padre y provista por la muerte, resurrección y ascensión del Hijo. Es el agente activo en nuestra convicción, regeneración, santificación y glorificación. Él es la esencia misma del Señor; siempre presente con nosotros, morando en el creyente, afirmándolo y capacitándolo. El Espíritu Santo es derramado sobre la iglesia por el Padre y el Hijo. Es la vida y el poder testificador de la iglesia. El otorga el amor de Dios y hace real la soberanía de Jesucristo en el creyente de modo que sus dones de la palabra y de servicio alcancen el bien común y edifiquen y aumenten la iglesia. En relación al mundo, El es el Espíritu de Verdad y su instrumento es la Palabra de Dios.

 SOBRE LAS ESCRITURAS 

 

 
V. Suficiencia  

Las sagradas escrituras son el registro de Dios, inspiradas únicamente por el Espíritu Santo. Ellas han sido dadas sin error, fielmente escritas por santos hombres movidos por el Espíritu Santo y transmitidas subsecuentemente sin corrupción de ninguna doctrina esencial. Ellas son el registro autoritativo de la revelación de los actos de Dios en la creación, en la historia, en nuestra salvación y especialmente en su Hijo, Jesucristo. Creemos que esta Palabra escrita revela completamente la voluntad de Dios respecto al hombre en todas las cosas necesarias para la salvación y la vida cristiana, así que todo lo que en ella no se encuentre ni pueda por ella probarse, no será requerido como un artículo de fe, ni considerado como necesario para la salvación.

VI. Autoridad del Antiguo Testamento  

Las sagradas escrituras son el registro de Dios, inspiradas únicamente por el Espíritu Santo. Ellas han sido dadas sin error, fielmente escritas por santos hombres movidos por el Espíritu Santo y transmitidas subsecuentemente sin corrupción de ninguna doctrina esencial. Ellas son el registro autoritativo de la revelación de los actos de Dios en la creación, en la historia, en nuestra salvación y especialmente en su Hijo, Jesucristo.

 
VII. EL Nuevo Testamento   

Creemos que esta Palabra escrita revela completamente la voluntad de Dios respecto al hombre en todas las cosas necesarias para la salvación y la vida cristiana, así que todo lo que en ella no se encuentre ni pueda por ella probarse, no será requerido como un artículo de fe, ni considerado como necesario para la salvación.  

 

 SOBRE EL HOMBRE

VIII. El hombre es una persona moral libre   

Creemos en la Ley de Dios para la vida humana, personal y social. Esta se expresa en dos mandamientos divinos: "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y a tu prójimo como a ti mismo". Estos mandamientos nos revelan lo que es mejor para el hombre en su relación con Dios, con las demás personas, y con la sociedad. Ellos fijan los principios del deber humano, tanto en la acción individual como en la social. Reconocen a Dios como el único Soberano. Todos los hombres, tal como fueron creados por él a su imagen, tienen los mismos derechos inherentes sin importar el sexto, raza o color. Por lo tanto, los hombres le deben a Dios absoluta obediencia en sus actos individuales, sociales y políticos. Deben luchar por lograr el respeto, los derechos y la más grande felicidad para todas las personas en la posesión y el ejercicio del derecho dentro de los límites de la ley moral.

IX. La ley de la vida y del amor   

Creemos que Dios creó al hombre a su propia imagen, inocente, moralmente libre y responsable para escoger entre el bien y el mal, lo correcto y lo incorrecto. Por el pecado de Adán, el hombre, como heredero de Adán, está corrompido en su misma naturaleza, de modo que desde su nacimiento está inclinado al pecado. El no es capaz por su propias fuerzas y obras de restaurar por sí mismo su correcta relación con Dios y merecer la salvación eterna. Dios el Omnipotente, provee todos los medios de la Trinidad para hacer posible que el hombre pueda responder a su gracia por fe en Jesucristo como Salvador y Señor. Por la gracia y la ayuda de Dios el hombre es capacitado para hacer buenas obras por su propia voluntad.  

X. Las Buenas Nuevas  

Creemos que las buenas obras son el fruto de la fe en Jesucristo, pero las obras no pueden salvarnos de nuestros pecados ni del juicio de Dios. Como expresiones de la fe cristiana y el amor, nuestras buenas obras, hechas con reverencia y humildad, son aceptables y agradables a Dios. Sin embargo, el hombre no puede ganar la gracia de Dios por sus buenas obras.

 

 SOBRE LA SALVACIÓN

 

 
XI. El sacrificio de Cristo  

Creemos que Cristo ofreció una vez y para siempre el único sacrificio perfecto por los pecados de todo el mundo. Ninguna otra satisfacción por el pecado es necesaria: ninguna otra puede redimir.

 
XII. La nueva vida en Cristo  

Creemos que una nueva vida y una correcta relación con Dios son posibles por medio de los actos redentores de Dios en Cristo Jesús. Dios, por su Espíritu, actúa para impartir nueva vida y llevarnos a una relación correcta con él, al arrepentimiento y responder con nuestra fe a su gracia. La Justificación, la regeneración y la adopción, cada una por sí nos hablan significativamente de nuestra entrada y continuidad en la nueva vida.  

 

La "Justificación" es un término legal que pone énfasis en que por medio de nuestra nueva relación en Jesucristo, somos de hecho contados como justos, siendo liberados de la culpa y el castigo de nuestros pecados.   La "Regeneración" es un término biológico que ilustra que por nuestra nueva relación en Cristo, tenemos de hecho una vida nueva y una nueva naturaleza espiritual capaz de tener fe, amor y obediencia a Cristo como Señor. El creyente es nacido de nuevo. El es una nueva creación. La vida anterior pasó; ha comenzado una vida nueva. La "Adopción" es un término filial que denota que por nuestra nueva relación en Cristo hemos llegado a ser sus hijos amados, librados del dominio del pecado y de Satanás. El creyente tiene el testimonio del Espíritu Santo de que es un hijo de Dios. 

XIII. El bautismo del Espíritu Santo
Creemos en el Bautismo del Espíritu Santo como una experiencia que ocurre por fe, conjunta o posterior a la regeneración, por el cual el creyente es equipado para su servicio y testimonio.  Este habilita al creyente para un mayor crecimiento en la gracia.
 
XIV.  La  Restauración
Creemos que el cristiano puede ser mantenido en una creciente relación con Jesús como salvador y señor; pero a la vez contristar al Espíritu Santo en las relaciones de la vida sin volver al dominio del pecado.  Cuando esto sucede, debe arrepentirse, aceptar humildemente la corrección del Espíritu Santo, confiar en la intercesión de Jesús y enmendar sus errores.  También creemos que el cristiano puede pecar conscientemente y cortar su relación con Cristo.  Aún así, por el arrepentimiento ante Dios, puede obtener el perdón y restauración de la comunión con Cristo, pues no todo pecado es la blasfemia contra el Espíritu Santo, o sea el pecado imperdonable.  La gracia de Dios es suficiente para aquellos que verdaderamente se arrepientan y, con su ayuda, enmienden sus vidas.  Sin embargo, el perdón no le da al creyente libertad de pecar sin sufrir las consecuencias.  Dios ha dado responsabilidad y poder a la iglesia para restituir a un creyente penitente por medio de la reprensión amorosa, consejo y aceptación.

 SOBRE LA IGLESIA 

 

 
XV. La Iglesia 

Creemos que la iglesia es creada por Dios; ella es el pueblo de Dios. Cristo Jesús es su cabeza y su Señor; el Espíritu Santo es su vida y su poder. Es tanto divina como humana, celestial y terrenal, ideal e imperfecta. Es un organismo, no una institución estática. Existe para cumplir los propósitos de Dios en Cristo. Ella ministra a las personas con el amor del Redentor. Cristo amó a su iglesia y se dio a sí mismo por ella, así que debe ser santa y sin mancha. La Iglesia es una confraternidad de los redimidos y de los que ofrecen redención, predicando la palabra de Dios y administrando los sacramentos de acuerdo a las instrucciones de Cristo.

XVI. Los sacramentos 

Creemos que la iglesia es creada por Dios; ella es el pueblo de Dios. Cristo Jesús es su cabeza y su Señor; el Espíritu Creemos que el bautismo con agua y la cena del Señor son los sacramentos de la iglesia instituidos por Cristo. Ellos son medios de gracia por la fe, pruebas de nuestra profesión de la fe cristiana y signos del gratuito ministerio de Dios hacia nosotros. Por ellos, él obra dentro de nosotros para vivificar, fortalecer y confirmar nuestra fe. El bautismo con agua es un sacramento de la iglesia, instituido por nuestro Señor, significando la aceptación del beneficio de la redención de Jesucristo, para ser administrado a los creyentes, como una declaración de su fe en Jesucristo como Salvador.  La cena del Señor es un sacramento de nuestra redención por la muerte de Cristo. Para aquellos que la reciben recta, dignamente y con fe, el pan que partimos es una participación del cuerpo de Cristo; e igualmente la copa de bendición es una participación de la sangre de Cristo. La cena es también una señal del amor y unidad que los cristianos tienen unos con otros.  Cristo, de acuerdo a su promesa, está realmente presente en el sacramento. Pero su cuerpo es dado, tomado y comido solamente de una manera celestial y espiritual. Ningún cambio es efectuado en los elementos; el pan y el vino no son literalmente el cuerpo y la sangre de Cristo. Tampoco están el cuerpo y la sangre de Cristo presentes literalmente con los elementos. Los elementos nunca deben considerarse como objetos de adoración. El cuerpo de Cristo es recibido y comido únicamente por fe.

 

 SOBRE LAS ÚLTIMAS COSAS 

 

 
XVII. EL Reino de Dios 

Creemos que el reino de Dios es un mensaje prominente en la Biblia proporcionando a la vez al cristiano su responsabilidad y su esperanza. Jesús anunció la presencia del reino. El reino es considerado ahora como establecido en los corazones y vidas de los creyentes. La iglesia, por medio de sus oraciones, su ejemplo y la proclamación del evangelio, es el instrumento apropiado, designado por Dios para edificar su reino. Pero el reino es también futuro y se relaciona con el retorno de Cristo cuando caiga el juicio sobre las cosas presentes. Los enemigos de Cristo serán dominados; el Reino de Dios será establecido; una renovación cósmica total, tanto material como moral, ocurrirá; y la esperanza de los redimidos será completamente realizada.

XVIII. El retorno de Cristo

Creemos que el retorno de Cristo es seguro y puede ocurrir en cualquier momento. No es dado a nosotros saber la hora. A su regreso El cumplirá todas las profecías concernientes a su triunfo final sobre el mal. La reacción del creyente debe ser gloriosa expectación, vigilancia, preparación espiritual y diligencia.

XIX. La Resurrección

Creemos en la resurrección corporal de los muertos justos e injustos, los que han hecho bien a resurrección de vida; los que han hecho mal a resurrección de condenación. El cuerpo resucitado será un cuerpo espiritual pero la persona será completa y mantendrá su identidad. La resurrección de Cristo es la garantía de resurrección para aquellos que están en El.

XX. El juicio

Creemos que Dios ha designado un día en el cual El juzgará al mundo con justicia de acuerdo con el evangelio y los hechos de cada persona en esta vida.

 
XXI. El destino eterno 

Creemos que el destino eterno del hombre es determinado por la gracia de Dios y la respuesta del hombre. El cielo de gracia eterna y la bienaventuranza de la presencia de Cristo esperan los que confían en El y obedientemente siguen a Jesús como Señor y Salvador. Pero la separación de Dios y un infierno eterno esperan los finalmente impenitentes.

NUESTRA COMUNIDAD

Villa Duarte, tiene una población de aproximadamente 60,000 habitantes y está ubicada en Santo Domingo Este, uno de los municipios de la ciudad capital. En sus orígenes Villa era una comunidad de pescadores y marineros (Hay una base naval en el vecindario). Pequeños negocios caseros, chiriperos, y servicios informales son la base de la economía del sector.  

 

La iglesia está rodeada por muchos barrios marginados tales como: La Francia, Simonico, Maquiteria, La Cañada, Los Pinos, La laguna y otros donde hay toda suerte de necesidades y problemas tales como: pobreza extrema, desnutrición, alcoholismo, adicción a drogas, tráfico de droga, reyertas, juegos de azar, robo, vandalismo y analfabetismo.

 

Villa Duarte tiene una de las tasas más altas de madres solteras en la municipalidad.


Área Total: 105.41Km2 (40.70 sq mi) .  

 

Densidad: 5,981.46km2.

Comunidad

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19 ANIVERSARIO

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